martes, 28 de septiembre de 2010

Apoyar la Huelga


Me parece que es bueno que la ciudadanía exponga públicamente y debata democráticamente sus razones para apoyar o no la huelga del día 29. No olvidemos que, con independencia de la postura concreta que se tenga al respecto, se trata del ejercicio de un derecho que no se pudo disfrutar en este país durante mucho tiempo.

Mis razones para apoyar la huelga van más allá del rechazo a la reforma laboral. Coincido con los sindicatos en que el abaratamiento del despido y la precarización de los mercados de trabajo, así como el debilitamiento de la negociación colectiva que se busca, no es la dirección adecuada para crear empleo y hacer que la economía funcione mejor. La experiencia nos dice que ese tipo de reformas producen justamente el efecto contrario. Desde que se vienen aplicando el empleo es cada vez más precario y las rentas de capital han aumentado mucho más que las del trabajo, incrementándose las desigualdades económicas y sociales y dando lugar a un aumento extraordinario de los llamados trabajadores pobres.

Pero además de por esa razón apoyo la huelga porque me parece del todo injusto que las medidas para hacer frente a la crisis hagan más ricos a quienes la han causado y las paguen los que menos tienen. En lugar de llevar a cabo reformas que impidan que los bancos y los grandes capitales vuelvan a provocar el mismo tipo de desastre en la economía mundial (cuatro o cinco años dice Felipe González que tardará en producirse una nueva crisis financiera por la falta de actuación de los gobiernos y organismos internacionales), los causantes de la crisis están imponiendo recortes de derechos y de gasto social que no sirven nada más que para aumentar sus beneficios.

Apoyo la huelga porque creo que es fundamental que nos empoderemos como ciudadanía y digamos a nuestros gobernantes que no todo vale, y que hay que decirle que ya está a bien a quienes siempre quieren que todo sea para ellos. Y además, como mujer y feminista, apoyo la huelga como una forma de alertar de las consecuencias tan nefastas que las reformas y políticas que se están aprobando tendrán y ya están teniendo en los avances en igualdad que las mujeres habíamos conseguido en estos últimos años. La precarización del mercado de trabajo afectará más a los colectivos más vulnerables, sobre todo a las mujeres menos preparadas, lo que incidirá directamente en nuestra falta de autonomía financiera y en nuestro poder contractual en la familia para negociar trabajos y tiempos. Y el mismo efecto, o aún peor, tendrá y tiene el recorte del gasto público, porque ya se ha limitado la oferta de empleo público que hasta ahora era el nicho de trabajo más decente para muchas mujeres, y, sobre todo, porque todos aquellos servicios que no se provean desde lo público (como ya está pasando al recortar los presupuestos) o que se deterioren tendrán que suplirse por trabajo familiar no pagado que recaerá de forma mayoritaria en las mujeres, minando su disponibilidad de tiempo, su autonomía y el principio de igualdad de oportunidades. Como también serán sobre todo mujeres las principales víctimas del aumento en los años de cotización necesarios para cobrar pensiones, o de la bancariación de las cajas de ahorro.

Como ciudadana, como investigadora que conoce lo que ha pasado a la largo de la historia cuando no se hace frente a las agresiones sociales, como educadora, como mujer y como feminista me sobran, pues, las razones, para apoyar esta huelga.

Fuente: El correo web 
Lina Gálvez Profesora Titular de Historia e Instituciones Económicas de la UPO

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