jueves, 10 de febrero de 2011

Carta Abierta

Queridos compañeras/os.

Esta carta no pretende ofender. No soy enemigo de nadie ni lo pretendo. Eso es seguro. Sólo quiero agradecer públicamente a algunas personas el comportamiento que han tenido conmigo los últimos meses, cuando pasé por malos momentos.

Me comunicaron mi cese en la empresa el último día de contrato, a las 14: 40, para ser exactos.  Que tuviera propuesta de renovación y  vacaciones firmadas para irme una semana más tarde, no fue impedimento. La sorpresa y decepción fue absoluta.       Cuando ocurre algo así, no buscas culpables, sólo respuestas y, si es posible, soluciones. Pero creedme, es difícil encontrarlas. Porque cuando preguntas… nadie quiere mancharse las manos o se culpabilizan unos a otros para evitar dar la cara y quitarse la responsabilidad.

Es por eso que quiero agradecer públicamente a la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CC.OO., a sus responsables y asesores/as jurídicos y en especial a TODOS/AS LOS/AS MIEMBROS la sección sindical de CCOO del Ayuntamiento de Tomares  -en concreto a los compañeros que están al frente- cuyas  manos tendidas, predisposición y experiencia, interés y conocimiento, asesoramiento y preocupación (por mí y por mi familia), palabras de apoyo y consejos han sido de gran importancia cuando el resto callaba o me cerraban las puertas.

Imagino que cuando se está sentado en una mesa de negociación frente a personas que afirman poseer mucha información y manejan ciertos resortes de poder, aceptar las “reformas–despidos” de tus compañeros/as no debe ser tarea fácil. Otra cosa es que no te consideren compañero/a, entonces el planteamiento se torna…”que le defiendan los suyos” me dijeron. ¿Por qué?

…Y así fue. Muchos son los que saben y opinan, pero pocos son los capaces de abordar este tema desde un punto profesional, avalado por la experiencia y el conocimiento. Y “los míos”, pusieron a mi disposición todos sus recursos personales y estructurales, que no son pocos, con el resultado que todos conocéis.

Cierto que como personas que somos, podemos tener miedo. Incluso nos los inculcan con el fin de paralizarnos ¿Os habéis preguntado alguna vez que haríais si no tuvierais miedo? Somos muchas y muchos los/as trabajadores/as que desempeñamos nuestra labor aquí con una tremenda inseguridad y precariedad laboral, con escasas perspectivas para el futuro de nuestras familias, que se manifiesta en una rabia que no sabemos cómo expresar y que se encuentra a voluntad de quienes pudiendo, no lo solucionan. Pero ¿qué miedo cabe tener si cumples con tu cometido profesional y el de la defensa de  tus derechos y logros laborales?  Como habéis visto, eso no es ningún seguro de ser sacrificado cual peón de ajedrez en función de la partida de otro.

Pero no es menos cierto que se necesita de la resistencia y el apoyo de gente como TÚ  y otros muchos que, a pesar de  que no estamos en esas mesas de negociación,  creemos en el compromiso y en el cometido de defender los logros laborales para TODAS y TODOS sin excepción y sin exclusión por afinidades y / o filiaciones y que tenemos la utópica esperanza de cambiar las cosas.

RECUERDA,  no estás solo, no tengas miedo. 

Gracias por este momento de atención compañeras/os.         
                                                 
 Javier Olivares

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